• AMLO: “ya saben: mi pecho no es bodega”
• Astudillo pide rescatar y recuperar el CIA
• Enfados por ninguneo de SECTUR a medios
Lo dijo resuelto y sin complicado argumento: “Héctor Astudillo está trabajando bien, con mucha coordinación”. Era el presidente Andrés Manuel López Obrador, la figura central del Tianguis en Acapulco.
“Ya saben que siempre digo lo que pienso… y además mi pecho no es bodega”, reforzó el aserto presidencial que echaba por tierra cualquier viso de duda, titubeo o malas interpretaciones en la relación con Héctor Astudillo.
La sonrisa se le dibujaba en el rostro a Astudillo. Quizá hubo un rato de malhumor, cuando se le informó que oootra vez la CETEG volvió a las andadas con bloqueos en la Autopista del Sol. Pero no hubo nada que los tacos de barbacoa al estilo Hidalgo no superaran.
Miguel Torruco Márques, el secretario de Turismo federal, volvió a ningunear a los medios locales al no dejarles espacios para que pudieran transmitir noticiarios y enlaces radiofónicos en vivo y a control remoto desde la sede de la 44 edición del Tianguis. La SECTUR discriminó a periodistas y otorgó preferencias a las empresas televisoras nacionales, lo que provocó el enfado, con razón, de los locales.
Una de las peticiones que causó mayor resonancia entre los invitados al Tianguis fue la que hizo Astudillo a López Obrador de rescatar y recuperar el viejo Centro Internacional Acapulco, que vivió 36 años de grandeza y hoy está en ruinas, desvencijado, abandonado.
El presidente ofreció valorar el asunto si le preparan un proyecto ejecutivo de los costos de inversión y las áreas a remodelar del CIA.
Dice el dicho que “para todo mal… ¡mezcal!… Y para todo bien… ¡también! La degustación del mezcal guerrerense logró desinhibir a expositores asiáticos que decidieron colgarse la mochila negra de SECTUR al hombro y ya “entonados” comenzaron a dar vueltas por los pasillos. Estaban alegres… ¡pos qué les hizo la bebida de las verdes matas… tú me tumbas, tú me matas… ¡tú me haces andar a gatas!
Apenas vamos arrancando, decían, y ya parecían “trompos chilladores”… Cosas del tianguis y de la fiesta.
La “comidilla” era la cena ofrecida en la basa naval de Icacos, donde la velada se prolongó hasta muy entrada la madrugada. Claro que había motivos para celebrar y aunque al otro día los estragos de la desvelada fueran ligeramente perceptibles. Jojojo
Acapulco cautivó con su magia a los invitados. Tan fue así que AMLO llegó desde la noche del sábado a dormir a Acapulco. Estuvo casi todo el domingo…
El doctor Carlos de la Peña Pintos fue el encargado de atender al gobernador de Quintana Roo, Roberto Borge Angulo. Tranquilo, mesurado, con una sonrisa que lo distingue como buen anfitrión. “Oiga, a’i le dice que nos invite a Cancún”.
La fiesta comenzó temprano desde el domingo… Las mejores discoteques ofertaban a los invitados “la primera copa es cortesía”, decía la tarjeta del Baby’o… Tal vez también lo hicieron Palladium y otras más. El gafete azul del Tianguis es parte del keyboard para abrir la puerta de los antros y seguir la party… aunque mañana sea otro día de ir y venir por los más de 22 pasillos de 50 metros lineales cada uno.
Con Astudillo fueron cientos de selfies las solicitadas en apretadas cuatro horas… Ni Obama se tomaba tantas selfies en tan poco tiempo… See you later!!!
Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.