Contexto Político

Sitach: perversos intereses
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Por: Efraín Flores Iglesias 

Se entiende que los sindicatos buscan la protección y el mejoramiento de las condiciones laborales de sus agremiados a través de la negociación constante con el patrón. Desafortunadamente, algunos dirigentes sindicales solamente buscan el bienestar propio.
Para la gran mayoría de los mexicanos, dirigir un sindicato es sinónimo de corrupción. Y todo porque personajes como Elba Esther Gordillo Morales, Carlos Romero Deschamps, Napoleón Gómez Urrutia, entre otros, se han encargado de manchar la imagen del sindicalismo mexicano.
Y a nivel local, ni se diga, pues algunos dirigentes sindicales (llámese oficialistas o “independientes”) han sido exhibidos por percibir jugosos salarios y negociar beneficios en lo oscurito para sus familiares y amigos cercanos.
Mientras sus agremiados cobran 2 mil o 3 mil pesos quincenales, los señores dirigentes ganan más del triple y sin hacer nada. Bueno, sí: encabezar tomas de edificios públicos, calles y la autopista del sol.
Exigir mejores salarios y otras prestaciones laborales no es malo. Lo que se cuestiona es la ambición de los dirigentes que encabezan un sindicato, ya sea de 100, 500 o mil trabajadores; dirigentes que sólo piensan en sus intereses político-personales y en afectar el libre tránsito y la realización de trámites administrativos.
Chilpancingo, por ejemplo, es donde más protestas se realizan, ya que es la capital del estado de Guerrero y la sede de los poderes públicos.
Si no son los trabajadores de los tres niveles de gobierno, los que protestan son organizaciones sociales, grupos vulnerables, colonos, maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (Ceteg) o los normalistas de Ayotzinapa.
Protestar o marchar por las calles tampoco está prohibido, pero debe realizarse sin afectar el derecho de terceros ni ejercer violencia.
La semana pasada, el Sindicato Independiente de Trabajadores del Ayuntamiento de Chilpancingo (Sitach) ‘tomó’ el Palacio Municipal para exigir un aumento salarial del 20 por ciento para unos 300 trabajadores y la devolución de 10 plazas de base que el ex alcalde Marco Antonio Leyva Mena autorizó de manera irregular días antes de concluir su administración.
La dirigente del Sitach es Amada Ramón Zamora. Sí, la misma que a mediados de febrero fue denunciada por nepotismo, desvío de recursos y por haberse triplicado su sueldo en el último año.
En represalia, Amada Ramón giró oficios a las autoridades municipales para informar que Elsa Fits García y otros trabajadores no pertenecían al Sitach.
A Amada Ramón le molestó bastante que le exigieran informar el destino de más de 200 mil pesos por concepto de cuotas que aportan más de 200 trabajadores afiliados al Sindicato Independiente de Trabajadores del Ayuntamiento de Chilpancingo.
“Los únicos beneficios que la señora ha conseguido, son personales: dio de alta a su hijo Daniel Eduardo de la Cruz Ramón, no en la nómina eventual, sino en la mecanizada y muchos de los trabajadores que llevan al menos 15 años de servicio, continúan estando fuera”, reveló Elsa Fits García, en ese entonces secretaria de Finanzas del Sitach. (Pueblo, 13-II-2019).
El vástago de la mandamás del Sitach fue dado de alta en la nómina del Ayuntamiento durante la pasada administración.
Y la historia no termina ahí. Resulta que doña Amada Ramón, aparte de colapsar la circulación vial en el centro de Chilpancingo y bloquear los accesos del Palacio Municipal, exige un sueldo de 30 mil pesos mensuales. ¡Zas!
De acuerdo a una nota del reportero Fernando Polanco, de la Agencia de Noticias IRZA, a la susodicha le fue autorizado tal incremento el pasado 18 de septiembre por Luis Trejo Rodríguez, ex secretario de Finanzas durante la administración de Marco Antonio Leyva.
Y como no logró su cometido, amagó con tomar el Ayuntamiento para ejercer presión.
Desde luego que convenció a sus compañeros de gremio para iniciar un paro de laborales, prometiéndoles luchar por la homologación de 3 mil pesos para todos ellos.
El sueldo que actualmente percibe la rebelde dirigente sindical, de acuerdo a la nota en comento, es superior a los 9 mil pesos quincenales.
La radicalización de sus protestas ha llamado la atención de otros sindicatos ajenos al Ayuntamiento, así como de organizaciones sociales y uno que otro chairo.
Dentro de su movimiento están plenamente identificados gente cercana al ex alcalde Leyva Mena, mismos que siguen al pie de la letra aquella frase acuñada en los años 50s por don César Garizurieta, “El Tlacuache”, que dice: “vivir fuera del presupuesto, es vivir en el error”.
Otro personajillo que pretende aprovechar el movimiento para desestabilizar al gobierno del alcalde Antonio Gaspar Beltrán, es el dirigente de la Asamblea Popular de los Pueblos de Guerrero (APPG) y ex integrante de la CETEG, Nicolás Chávez Adame.
No se descarta que el bloqueo que este jueves realizaron los trabajadores del Sitach en el punto conocido como el Parador del Marquez, haya sido idea de don Nico.
Por cierto, el apepegista debería estar preocupado más en los diversos procesos penales que enfrenta desde hace una década.
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