Por Efraín Flores Iglesias
El señor del pleito y el odio
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No cabe duda que el presidente Andrés Manuel López Obrador es un hombre lleno de odio, ya que no hay día en que descalifique a sus críticos y adversarios.
Tal parece que despierta de malas en Palacio Nacional, en donde habita desde que asumió el poder. Con poquito se enoja y se desquita inmediatamente.
En lugar de convocar a la unidad nacional, lo primero que hace es buscar culpables por los desaciertos que comete. Ni jugar beisbol le hace bien.
Si no es Carlos Salinas, es Felipe Calderón. Si no es Vicente Fox se lanza contra los empresarios. Si no son los periodistas fifís, es el PRIAN. O sea, siempre tiene a quien echarle la culpa de todos sus males… de su incapacidad para gobernar México.
López Obrador se quedó anclado en el pasado. Ahora resulta que le cobrará facturas a España por someter hace 500 años al pueblo azteca.
Sí, mis estimados lectores. Resulta que el señor presidente reveló este este lunes haber pedido por carta al rey Felipe VI y al Papa Francisco que se disculpen por los abusos cometidos por los españoles durante la conquista de la gran Tenochtitlan.
“Envié ya una carta al rey de España y otra al Papa para que se haga un relato de agravios y se pida perdón a los pueblos originarios por las violaciones a lo que ahora se conoce como derechos humanos”, dijo a través de un video publicado en redes sociales.
El mandatario federal señaló que la conquista se hizo con la espada y la cruz. Y eso no es todo. Cuestionó que los españoles construyeran iglesias encima de los templos prehispánicos.
Mientras tanto, el gobierno español lamentó profundamente que se haya hecho pública la carta enviada por el presidente mexicano y rechazó el contenido “con toda firmeza”. Y consideró que la llegada, hace quinientos años, de los españoles a las actuales tierras mexicanas no puede juzgarse a la luz de las consideraciones contemporáneas.
En octubre de 2017, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, también exigió al rey Felipe VI ofrecer perdón y otorgar una “indemnización histórica” en favor de los pueblos indígenas que masacraron los Borbones a lo largo y ancho de América.
Ya nomás falta que el presidente López Obrador le exija a su homólogo estadunidense Donald Trump regresarle a México el territorio que perdió en el siglo XIX o que Emmanuel Macron ofrezca una disculpa pública por las dos intervenciones que realizó Francia (1862 y 1867) en el territorio nacional. O, peor aún, que realice una consulta al pueblo “bueno” y “sabio” para enjuiciar post mortem a “La Malinche” o “Manlintzin” por su alta traición al pueblo azteca… o que Hernán Cortés sea exhumado del Centro Histórico de la Ciudad de México y se le declare el fundador de la “mafia del poder”.
Una disculpa pública no borrará lo ocurrido hace 500 años en la gran Tenochititlán. La conquista de los españoles también tiene su lado bueno. Gracias dicho suceso histórico hablamos una extraordinaria lengua.
Si no fuera España, otro país europeo hubiese llegado a Tenochtitlán a someter a los aztecas.
Cobrar agravios ocurridos hace cinco siglos y propiciar un conflicto diplomático, es absurdo en este momento. Pero bueno, el señor López Obrador está acostumbrado a pelearse con medio mundo. Tal vez hasta con su propia sombra.
Pelearse con el Vaticano y teniendo a un pueblo que mayoritariamente profesa la religión Católica, es una locura, una estupidez, una pen…tontada.
SINDICATOS: ¿EL ARTE DE CHANTAJEAR?
Los que de plano ya se acostumbraron a chantajear para obtener beneficios personales, son algunos dirigentes de sindicatos, esos que a los cuatro vientos gritan que defienden a sus agremiados.
Lo primero que hacen es recurrir a los medios de comunicación para anunciar que tomarán las instalaciones de un Ayuntamiento o una Dependencia, pretextando que la parte patronal les adeuda salarios, primas vacacionales, aguinaldos, bonos, despensas, entre otras cosas.
Desde luego que a los trabajadores que dicen representar los persuaden con tal de que vayan a apoyar el plantón o la manifestación.
Pero en el fondo, algunos de esos dirigentes sindicales sólo buscan negociar en lo oscurito para obtener otro tipo de beneficios, sobre todo, que les dupliquen o tripliquen salarios, meter a familiares en la nómina y negociar plazas (o bases) para sus allegados.
Durante varios años hemos sido afectados como ciudadanos por las tomas de edificios públicos y bloqueos de calles.
Que conste, no estoy en contra de los trabajadores de algún sindicato en particular, sino contra aquellos personajillos que se ostenta como líderes y que solamente han lucrado con los movimientos que han encabezado en nombre de los derechos laborales.
Este lunes, por ejemplo, un sindicato denominado “Independiente” realizó una protesta afuera del Palacio Municipal de Chilpancingo y bloqueó durante unas horas una céntrica calle.
¿Y qué demandan? De acuerdo a Amada Ramos Zamora, dirigente del sindicato en mención, lo que exigen es homologación salarial para todos sus agremiados y que “les hagan valer” las 10 recategorizaciones que el ex presidente Marco Antonio Leyva Mena les concedió antes de dejar el cargo.
De acuerdo a una nota del reportero Fernando Polanco Ochoa, de la Agencia de Noticias IRZA, Ramos Zamora exige ganar más de 30 mil pesos mensuales, y no los 19 mil 128 pesos que recibe actualmente. ¡Zas!
Mientras tanto –refiere la nota–, el alcalde Antonio Gaspar Beltrán aseguró que no puede aprobar un aumento salarial que esté por encima del techo presupuestal.
“Antes se daban aumentos y bases sin techo presupuestal y de manera, yo pienso, clientelar y en el ánimo de mantener una buena relación con la base trabajadora para tener gobernabilidad, e incluso hasta comprometerlos políticamente”, refirió.
Ojalá el alcalde Gaspar Beltrán no se deje chantajear por dirigentes sindicales que solamente utilizan a sus bases para lograr beneficios personales.
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