Aplaudiría la posibilidad de revocar el mandato de López Obrador dentro de tres años (de hecho sería la primera en proponer que fuera dentro de tres meses, para ¿qué esperar tanto tiempo?), sino supiera que hay gato encerrado en semejante propuesta porque nadie en su sano juicio puede confiar en alguien como AMLO y mucho menos en su “cartita”, que carece de cualquier valor legal, afirmando que no se reelegirá, que es el temor de muchos.
De las pocas cosas que jamás habían sido cuestionadas por los mexicanos era el plazo constitucional del presidente y aunque jura y perjura que la revocación no significará reelección, es una figura complicada con distintas consecuencias.
Superficialmente hablando ¿que pasaría si López Obrador con ese egocentrismo que le caracteriza perdiera la consulta revocatoria?; ¿amenazaría con soltar al tigre?.
Y por el otro lado ¿sí fuera ratificado? Sería como alimentar aún más ese enorme ego y tener que aguantar de nueva cuenta a sus boots vanagloriándose de algo que sinceramente deberían callar.
Para nadie debe ser desconocido que desde hace muchos años se encuentra ya sobre la mesa esa figura; sin embargo, había sido rechazada por muchas circunstancias, la primera es simple, los sexenios dejarían de serlo para convertirse en trienios.
En el libro Direct Democracy Worlwide, en Venezuela, fue Hugo Chávez quien propuso la revocación de mandato en aquel país y paradójicamente fue lo que permitió que la oposición usara dicha figura en su contra.
Después de varios intentos del gobierno chavista para que la oposición no cumpliera los requisitos, se llevó a cabo el proceso. La oposición perdió por casi 20 por ciento del voto y lo mismo sucedió en Bolivia con Evo Morales.
Hay un caso particularmente famoso que es la revocación de mandato. Éste ocurrió en California en 2003, cuando el gobernador demócrata Gray Davis fue relevado por el republicano Arnold Schwarzenegger, después de una profunda crisis política y fiscal.
En México hay tres estado que hoy tienen revocación de mandato. En Chihuahua, es un proceso para cualquier cargo electivo; en Tlaxcala sólo autoridades municipales y en Oaxaca sólo el de gobernador y en todos son decisiones ciudadanas.
Sin embargo, la reforma constitucional para introducir la revocación del mandato presidencial propuesta por López Obrador no puede dar tranquilidad porque sin temor a equivocarme veo el panorama dentro de tres años:
Aparecer de nueva cuenta en la boleta de la elección intermedia para movilizar sus bases; seguir haciendo campaña a favor de su continuidad y utilizar los recursos del estado para conservar la mayoría legislativa.
De ñañaras ¿no creen?
twitter: @matariliblog
facebook: matariliporlirilon
twitter: @matariliblog
facebook: matariliporlirilon
Libre de virus. www.avast.com