La cacería
Para la DEA (agencia antidrogas de EU), el narcotraficante Rafael Caro Quintero no ha dejado de ser el enemigo público número uno, motivo por el cual los estadunidenses no dejarán de mover “mar, cielo y tierra” hasta encontrarlo y llevarlo a Estados Unidos para que responda por el asesinato del agente Enrique Camarena Salazar cometido en 1985.
El ex jefe de Operaciones Internacionales de la DEA, Mike Vigil, dijo saber que Caro Quintero se encuentra escondido en la sierra de Sinaloa, lo que ha dificultado su captura.
Pero también no deja de estar sorprendido de cómo fue posible que un tribunal federal ordenó la libertad del capo, sin que las autoridades mexicanas avisaran a la embajada estadunidense.
Aseguró que está corroborado que ni la Procuraduría General de la República fue enterada de que el capo había sido soltado la madrugada del 9 de agosto de 2013, del Reclusorio Preventivo de Puente Grande, Jalisco.
“Fue soltado como a las 3 de la mañana y se dio a la fuga. Se me hace raro que lo hubieran soltado, no puedo entender las circunstancias que pudieron dejarlo libre”, expresó a MILENIO.
Ahora, a unos días de que la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación está a punto de revisar el amparo que Caro Quintero promovió con la intención de no ser extraditado, pero cuyo proyecto elaborado por el ministro Luis María Aguilar Morales viene en el sentido de no ampararlo, Mike Vigil señaló que ojalá ya pueda ser reaprehendido y entregado a EU.
Para el ex jefe de operaciones, Caro Quintero regresó al mundo del narcotráfico, “porque es la única cosa que sabe hacer”, ya que nunca tuvo otro trabajo.
Desde la clandestinidad, el narcotraficante está reclamando que el Tratado de Extradición firmado entre México y Estados Unidos es inconstitucional, Mike Vigil dejó claro que esto no es así y sigue vigente.
El ex jefe de operaciones recordó que fue un gran amigo de Enrique Kiki Camarena, cuando ambos se encontraban en México, uno en Guadalajara y el otro en Hermosillo.
En 1983, Mike se trasladó a Medellín, Colombia, y ahí fue cuando se enteró del secuestro y asesinato de Kiki en Guadalajara, por lo que le tocó encabezar una investigación global.
Mencionó que las redes del cártel de Guadalajara se extendían a Colombia, donde se empezó a buscar al hondureño Juan Ramón Matta Ballesteros, quien estaba casado con una mujer de Cali. Los principales objetivos eran Rafael Caro Quintero, Ernesto Fonseca, Don Neto, y Miguel Ángel Félix Gallardo.
“Él (Matta Ballesteros) era el enlace del cártel de Medellín, del cártel de Cali y el cártel de Guadalajara al que pertenecía Rafael Caro Quintero. Comencé a seguirle los pasos y lo capturé (a Matta) en Cartagena, Colombia; por poco hubo un tiroteo y le iba a disparar en defensa propia y me dijo: no, no dispares, porque puedo salir de una cárcel, pero no de una tumba”.
Recuerda muy bien que Ballesteros le ofreció 3 millones de dólares para que lo dejara libre, propuesta que no aceptó. El hondureño escapó después de la prisión de La Picota, en Bogotá, y huyó a Honduras, donde fue recapturado nuevamente.
El 9 de agosto de 2013, luego de 28 años de estar preso en distintas cárceles del país, Rafael Caro Quintero abandonó la cárcel y se “esfumó”.
En acato a un amparo otorgado por el Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Tercer Circuito, el Segundo Tribunal Unitario en Materia Penal con residencia en Jalisco, ordenó la libertad del narcotraficante que en su momento ofreció pagar la deuda externa de México a cambio de su liberación.
Hasta enero de 2015, el segundo tribunal unitario del tercer circuito con sede en Guadalajara, Jalisco, en acato al fallo de la Corte declaró nuevamente penalmente responsables a Rafael Caro y Ernesto Fonseca, Don Neto, por los delitos de privación ilegal de la libertad en la modalidad de secuestro y homicidio calificado, en agravio del agente de la DEA y del piloto mexicano Alfredo Zavala Avelar.
También determinó que Caro debía cumplir con los 12 años de prisión que le faltaban, por lo que se ordenó reaprehenderlo.